Personas de edad variada posando a cámara

Administrá tus gastos


Para empezar a conocer el funcionamiento de tu economía personal, lo primero que tenés que tener en cuenta son dos conceptos básicos que organizan tus finanzas: los ingresos, es decir, el dinero que ganás o recibís y los egresos o gastos, que como indica el nombre, es el dinero que gastás.

Los ingresos pueden ser “fijos”, es decir, un monto de plata habitual, o “variables”, que son ingresos que pueden cambiar.

Por otro lado tenemos los gastos y en este caso es clave prever tus gastos para evitar usar más plata de la que tenés y para no quedarte sin plata. Podés clasificar los gastos en tres tipos, según su importancia: imprescindibles, necesarios y evitables.

Gastos imprescindibles
Son aquellos que tenés que pagar sí o sí. Por ejemplo: el alquiler de la vivienda, servicios como luz y gas, medicamentos, entre otros.

Gastos necesarios
Son los que hacés en el día a día pero que se pueden reducir. Por ejemplo: alimentos, vestimenta, transporte, etc. Si bien tenés que alimentarte o vestirte, podés encontrar alternativas para achicar estos gastos.

Gastos evitables
También conocidos como “hormiga”, son gastos pequeños que, porque pensás que son mínimos, no los registrás en el presupuesto y te los olvidás fácilmente. Por ejemplo: el café en el bar, un paseo o salir a comer afuera. Es importante que los registres, porque a fin de mes pueden sumar un monto grande dinero que no calculaste en tu presupuesto.

El ahorro es la parte del ingreso que no se consume hoy para poder utilizarlo en el futuro. Puede ser informal: son los ahorros que guardás en casa y se los conoce como “guardar la plata debajo del colchón”. Es de fácil acceso, pero puede sufrir deterioros, pérdidas, robos. O puede ser formal: cuando guardás la plata en una cuenta en un banco. De esta manera, tu dinero está resguardado y puede generar intereses a través de diferentes alternativas de inversión que puede ofrecerte tu banco. La más conocida y segura es el plazo fijo.

Pero, ¿para qué ahorramos?

  • Para hacer realidad tus proyectos en el futuro: puede ser para invertir en un proyecto productivo, para gastos de educación o para aprovechar esas oportunidades únicas que surgen.
  • Para tener una reserva ante una emergencia: por ejemplo, ante gastos que pueden surgir por una enfermedad imprevista, pérdida de trabajo o para hacer algún arreglo en casa.
  • Para invertir y ganar dinero: una vez que lograste tener tu ahorro, podés incrementarlo mes a mes, invirtiéndolo para que genere intereses.

Metas de tu ahorro
Corto plazo: puede ser hasta 1 año. Por ejemplo: ahorrar para comprar ropa, calzado o irse de vacaciones.

Mediano plazo: entre 1 y 3 años. Por ejemplo: ahorrar para comprar una bicicleta, una consola de videojuegos o cambiar un electrodoméstico de la casa.

Largo plazo: a más de 3 años. Por ejemplo: ahorrar para comprar una moto, un auto o refaccionar tu casa.

Es una herramienta que te permite ordenar tus finanzas y saber cuánto dinero ganás, gastás y podés ahorrar.

  1. Anotá tus ingresos: pueden ser un sueldo fijo mensual, o variable, donde pueden cambiar cada semana o mes.
  2. Anotá los gastos: debés tener en cuenta el dinero que gastás. Podés clasificar los gastos según su importancia, para conocerlos mejor y si consideras necesario, reducirlos.
  3. Definí tus objetivos financieros: es importante que tengas en claro tus metas, compromisos y deseos, es decir, tus objetivos financieros. Podés clasificarlos en 2 tipos:
    • De corto plazo: por ejemplo realizar un presupuesto y reducir algún gasto del mes, o incluso ahorrar un tiempo para comprar ropa, calzado.
    • De largo plazo: ahorrar para cambiar la tele, la heladera o para comprar una bicicleta. También puede ser para poner en marcha algún proyecto personal.

Recordá que los objetivos deben ser claros, precisos y alcanzables.

¡Listo! Hacé tu presupuesto: armá una planilla para anotar tus ingresos y gastos. Podés hacerla a mano en un cuaderno, en la compu, en notas del celu o en alguna aplicación que te ayude a realizarlo. Esto te permitirá conocer dónde tenés mayores consumos y achicar gastos en caso de que sea necesario. Así podrás ver cuánta plata ahorrar.

Es recomendable considerar al ahorro como un gasto más, al inicio del presupuesto.

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